Se caracteriza por tener tres pares de branquias, las cuales salen desde la base de su cabeza y van hacia atrás, ojos pequeños, piel lisa y patas cuyos dedos son finos y puntiagudos, pero que no desarrollan uñas.
El ajolote, un anfibio de garboso aspecto y asombrosas habilidades biológicas: no solo es capaz de regenerar una mano o una cola perdida, sino también su corazón y otros órganos internos.
La coloración del ajolote es muy variable: en estado silvestre, la mayoría son de color café oscuro con el dorso negro, el vientre más claro, y manchas oscuras débiles y poco visibles en flancos y dorso. Sin embargo, también pueden presentar patrones de coloración diferentes, especialmente en cautiverio: gris, café, verde pardo, anaranjado e incluso blanco con ojos negros, albino dorado, albino blanco o casi negro.